Esta semana, me quiero referir a la creatividad en la música, o más bien que regiones del cerebro ocupan los músicos para improvisar melodías o recordarlas. Ya que en nuestros ramos de neurofisiología y apreciación musical estamos en éso, que mejor tema para mi blog de esta semana...
El doctor Charles Limb de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore llevó a cabo un estudio sobre el cerebro de músicos de jazz, con el propósito de descifrar las claves de la creatividad humana. ¿Por qué músicos? Desde la perspectiva de la neurociencia, el modo en que una persona toca un instrumento es una vía de acceso para poder analizar la mayor parte de las funciones cognitivas cotidianas -la memoria, las emociones y la capacidad de atención- y al mismo tiempo una herramienta que podría aportar líneas de investigación para el desarrollo de nuevos tratamientos para desórdenes mentales. Este tipo de investigaciones ya se realizaron antes para descifrar la creatividad de pintores con Vincent van Gogh o escritores como Ernest Hemingway.
Para este estudio -del que participó también el neurólogo Allen Braun- se contrató a una empresa que fabricó un teclado plástico especial, diseñado para ser medido sin interferencias por un equipo de imágenes por resonancia magnética. El teclado fue insertardo en el aparato médico y luego se les midió la actividad cerebral a seis pianistas de jazz mientras tocaban de memoria e improvisando. Los músicos escuchaban a través de auriculares el acompañamiento pregrabado de un cuarteto de jazz para simular un concierto real. "No hay un área única de la creatividad en el cerebro. Cuando uno realiza una función cognitiva específica se activan varias regiones cerebrales, aunque quizás para algunas funciones intelectuales un área cerebral se active en forma desproporcionad. De todas maneras, el estado creativo requiere de varias funciones cognitivas y activa varias áreas cerebrales. En el trabajo de Limb se observa un patrón de actividad más pronunciado en las áreas sensoriomotoras". De acuerdo con el estudio, al entrar en juego la creatividad se activan los mismos circuitos que operan durante el sueño: primero, se desconecta la inhibición. Los científicos constataron cómo se apagaba la corteza prefrontal dorsolateral, responsable de la autosupervisión. Luego, entraba en funcionamiento la corteza prefrontal medial, asociada a la autoexpresión.Según Limb, "uno de los puntos más interesantes de la investigación fue que los músicos mostraron una mayor conciencia sensorial: las regiones involucradas en el tacto, la audición y la vista se tornaron más activas durante la improvisación", explicó. Mucho de lo que sabemos sobre creatividad y cerebro lo conocemos de personas que han sufrido enfermedades neurológicas, y que luego han desarrollado talentos creativos. Los casos mas estudiados provienen de personas que sufrieron demencia frontotemporal, que inicialmente afecta la conducta y no los procesos cognitivos". Pacientes con esa enfermedad en la que se atrofia el lóbulo frontal pueden desarrollar talento creativo. Una de las hipótesis es que los sistemas de inhibición y control no actúan bien luego del daño frontal. Este estudio muestra que "las áreas frontales más ejecutivas que inhiben y controlan se activan menos al improvisar".